Trigo
A mediados del siglo XX, con la desaparición de las ofrendas eclesiásticas y el acceso generalizado de los baserritarras a la propiedad de la tierra se dejó de cultivar el trigo. Sin embargo, en algunos lugares están recuperando esta labor. Es el caso de Maria Luisa Intxausti y Julian Aranbarri que han cultivado trigo en el caserío Ibarrenea del valle de Sallobente/Ermuaran. Hace 56 años fue la última vez que cultivaron este cereal.
Tal y como podéis observar en el siguiente video, en Maroño, pueblo de Alava, han cortado el trigo utilizando las técnicas de antaño.
El próximo día 26 de julio trillarán el trigo.
La agricultura del caserío Igartubeiti era deficitaria en cereal, por lo que periódicamente obligaba a la familia a abastecerse de grano importado de Castilla o de la mar en la plaza pública. El maíz que llegó de América en el siglo XVII supuso un gran cambio para la dieta. A pesar de la introducción del maíz, el trigo no se extinguió todavía. El trigo era la unidad de medida de la riqueza. Su harina seguía siendo la más apreciada y era muy fácil de convertir en el mercado en ducados contantes y sonantes. Por este motivo los propietarios siempre exigieron que se les pagase la renta en fanegas de trigo. En las bodegas también se guardaba el trigo cosechado, bien protegido en grandes arcones de madera denominados trojes, destinados a la conservación del trigo a salvo de la humedad y los roedores.
Así quedó establecido un absurdo desdoblamiento de dietas en el territorio de Gipuzkoa. Los labradores se veían obligados a sembrar dos cosechas a la vez : una de maíz para amasar el talo y el pan de borona que ellos consumían, y otra de trigo para hacer frente a las imposiciones de la iglesia y los mayorazgos. En la década de los años 60 se dejó de cultivar el trigo en las tierras gipuzkoanas.