Septiembre en Igartubeiti
LA HUERTA
Tras la recogida de las últimas cosechas de verano, hemos preparado la tierra y plantado las primeras plantaciones para otoño e invierno: col, coliflor, puerro, borraja, acelgas, brócoli, escarola…
A medida que se acerca el otoño hay que comenzar a plantar coles. La col, viene muy bien en tierra arcillosa, y en los caseríos ha sido muy apreciada porque aguanta muy bien el invierno. En cuanto al modo de plantarla, no conviene que la tierra esté muy ácida, por lo que habrá que echar cal, y también una buena cantidad de abono orgánico. Hay que tener en cuenta, que la col atrae a los mosquitos, y por eso se aconseja plantar salvia, romero o lavanda en su entorno.
La col o berza en la huerta
Los puerros, a partir de esta época del año toman mucha importancia en el caserío, es la verdura que mejor aguanta el frío y las heladas del invierno. Por un lado conviene que la tierra esté a una temperatura fresca y por otro lado necesita mucha agua. En Igartubeiti, los puerros que ya estaban en flor, los hemos recogido y los hemos puesto a secar, para obtener las semillas.
EL ENTORNO
De septiembre en adelante, nuestro entorno empezará a coger la tonalidad de otoño, incluso si nos fijamos, ya podremos observar detalles que nos anuncian su llegada (helecho, acebo, nueces, avellanas, el viento sur…). Los/as baserritarras amontonan el helecho en la “meta” o “zuhatza” para secarlo y utilizarlo después en la cuadra durante el invierno. También se aplicaba como fertilizante natural debido a su alto contenido en magnesio.
Meta o zuhatza
En los acebos de Igartubeiti ya han brotado las bayas rojas, muy apreciadas entre las aves. Esta planta de la familia del espino se ha usado en los caseríos para construir cercos naturales, para bajar la fiebre y su madera para hacer diferentes tipos de varas y bastones.
Acebo
Para finalizar, como curiosidad mencionaremos el espino blanco, muy abundante en las montañas del entorno, se utiliza para construir cercados naturales. En septiembre adquiere un protagonismo especial, el 9 de septiembre la Virgen de Arantzazu apareció en un espino blanco, y de ahí proviene el nombre Arantzazu, “Arantzan + zu”, que significa “tú que has aparecido entre los espinos”.