Prensada de manzana
En todos los caseríos gipuzkoanos del siglo XVI la organización estructural del edificio está determinada por la integración en la msima de una gran máquina de prensar manzanas.
Este lagar es un enorme artilugio mecánico de madera situado en la planta primera del caserío, ocupando el eje central de la misma en toda su longitud. El elemento fundamental de la prensa es un gran tronco de árbol escuadrado, de 9 a 13 metros de largo, que actúa como brazo de palanca accionado a tracción por un mecanismo de tornillo vertical situado en el extremo delantero del mismo. Esta viga palanca aplica su eferzo sobre una plataforma de prensado denominada masera, en la que previamente se han acumulado las manzanas troceadas cubiertas por un castillete de tablas y maderos que permite distribuir uniformemente la presión. Para resistir esta carga es preciso que la masera se apoye sobre un forjado de enormes vigas paralelas a la palanca, que se conocen como sobigaños.
Igartubeiti es hoy en día el único caserío en el que puede apreciarse como eran estos edificios-maquina y en el que se puede disfrutar de la experiencia de verlo en marcha una vez al año durante la Semana de la Sidra. Estos edificios-máquina debido a sus exageradas dimensiones, y por sus dificultades de mantenimiento, y en particular de sustitución de piezas, dejaron de construirse a mediados del siglo XVII, aun cuando alguno se haya mantenido en activo hasta la primera década del siglo XX.
En cuanto al proceso de carga del lagar de sidra, sobre la masa de manzanas troceadas se disponen de canales de desagüe que facilitan el flujo del zumo. Sobre estos se coloca una cama de tablones y sobre ellos varios niveles de grander maderos cruzados dotados de empuñaduras en sus extremos, superpuestos hasta formar una pirámide que distribuya la fuerza de la gran palanca. Este proceso es necesario repetirlo cada dos o tres días para remover las manzanas.