La Huerta de Igartubeiti en Septiembre
LA HUERTA
Después de recoger las últimas cosechas de verano, hemos preparado la tierra y plantado las primeras plantaciones para otoño e invierno: col, coliflor, puerro, borraja, acelgas, brócoli, escarola…
Hay que recoger las últimas cosechas del verano
Por un lado se puede empezar plantando coliflor. Las primeras referencias en torno a esta verdura las hicieron unos científicos árabes en el siglo XII, donde mencionan que es una verdura de origen Sirio. A la coliflor le gusta una tierra rica, con mucha materia orgánica, y al mismo tiempo necesita mucha agua. Hay que tener cuidado a la hora de plantarla, pues es una verdura que crece mucho y hay que dejar espacio de una a otra. Como curiosidad, lo que comemos de la coliflor es la flor, lo que sería la parte blanca de la verdura.
También es una buena época para la col. Viene muy bien en tierra arcillosa, y en los caseríos ha sido muy apreciada porque aguanta muy bien el invierno. En cuanto al modo de plantar, no conviene que la tierra esté muy ácida, por lo que habrá que echar cal, y también una buena cantidad de abono orgánico. Hay que tener en cuenta, que la col atrae a los mosquitos, y por eso se aconseja plantar salvia, romero o lavanda a su alrededor.
Los puerros, a partir de esta época del año toman mucha importancia en el caserío. Pues es la verdura que mejor aguanta el frío y las heladas de invierno. Por un lado conviene que la tierra esté en una temperatura fresca y por otro lado necesita mucha agua.
Esta vez, las lechugas también nos han dejado una estampa espectacular en el huerto de Igartubeiti, algunas de ellas han cogido una gran altura. Aprovecharemos sus flores para recoger las semillas.
Las lechugas en diversas formas
EL ENTORNO
De septiembre en adelante, nuestro entorno empezará a coger la tonalidad del otoño, incluso si nos fijamos, ya podremos observar detalles que nos anuncian su llegada (helecho, acebo, nueces, avellanas, el viento sur…). Los/as baserritarras amontonan el helecho en la “meta” o “zuhatza” para secarlo y utilizarlo después en la cuadra durante el invierno. También se aplicaba como fertilizante natural debido a su alto contenido en magnesio.
Zuhatza, para secar el helecho.
En los acebos de Igartubeiti ya han brotado las bayas rojas, muy apreciadas entre las aves. Esta planta de la familia del espino se ha usado en los caseríos para construir cercos naturales, para bajar la fiebre y su madera para hacer diferentes tipos de varas y bastones.
Para terminar, como curiosidad mencionaremos el espino blanco, muy abundante en las montañas del entorno, se utiliza para construir cercados naturales. En septiembre adquiere un protagonismo especial, el 9 de septiembre la Virgen de Arantzazu apareció en un espino blanco, y de ahí proviene el nombre Arantzazu, “Arantzan + zu”, que significa “tú que has aparecido entre los espinos”.