Julio en Igartubeiti

05/07/2018
Con la llegada del verano, el sol calienta y las plantas agradecen la frescura de los atardeceres. Julio en euskera es uztaila que significa “el mes de la cosecha”, tal y como nos indica el refrán “uztailean igitaia eskuan”, “en julio con la hoz en la mano”. Es la época de recoger las primeras cosechas. A su vez la naturaleza adquiere diversas formas, en la vertiente norte del País Vasco los/as campesino/as comienzan a cortar la hierba de los prados, mientras que en la vertiente sur podemos contemplar los campos de trigo.

LA HUERTA

La cebolla y la patata se pueden recoger cuando las hojas adquieran color marrón.

A lo largo de la historia, el trigo movilizaba a todo el campesinado durante el mes de julio, se segaba entorno al día de San Fermín. Se dejaba secar y se trasladaba a la era para trillar. Para llevar a cabo esta labor los/as baserritarras ponían en marcha el tejido de relaciones sociales, que hoy denominamos “auzolana”, se unían tres caseríos y trabajaban todos/as juntos/as. La renta del caserío y el diezmo se pagaban en trigo.

La hoz de Igartubeiti

Volviendo a la huerta de Igartubeiti, estamos en la última fase para plantar el calabacín, una hortaliza extraordinaria de la familia de la calabaza. Proviene de América, pero las amplias variedades del calabacín que conocemos hoy surgieron en Italia en el siglo XIX.

Al calabacín le gusta el sol y el calor. Es muy importante que la tierra en la cual vayamos a plantar sea muy rica en materia orgánica, es conveniente abonar la tierra con compost. Los insectos recogen el polen de las flores amarillas machos y lo llevan a las flores hembras, que son las que dan el fruto.

El calabacín estará más fresco y tierno si se recoge cuando tenga un tamaño mediano y conviene mantenerlo en un espacio seco y fresco, encima de la paja por ejemplo.

Regar la huerta únicamente en los días de mucho calor. Para mantener la humedad en la tierra cubriremos los espacios que quedan entre las plantas con compost orgánico, hojarasca, paja, la hierba que hemos cortado, evitando que el agua se evapore y que crezca la hierba y al mismo tiempo estamos abonamos la tierra.

Calabacín de Igartubeiti

EL ENTORNO


Durante este mes de julio llegarán las primeras frutas, en primer lugar las que tienen hueso: la cereza y las ciruelas, y a continuación, las frutas con pepita como la pera y la manzana. En Igartubeiti ya tenemos las primeras piezas de manzana, imprescindibles para poner en marcha el lagar de viga para la elaboración de la sidra. A estas primeras manzanas se les denomina goiz sagarra (la manzana temprana), como la “San Juan Sagarra” o “Amabirjina Sagarra”. A las manzanas de finales de otoño se les conoce como “berandu sagarra”, (la manzana tardía), entre la que se encuentra la variedad más conocida, la Reineta Errezil.

Las primeras manzanas de Igartubeiti

La hierba cortada de los prados y el aroma que desprende es uno de los elementos más representativos del entorno este mes de julio. Se seca en el campo y a continuación, para utilizarla como alimento para el ganado en el invierno, o se guarda en el desván o se hacen fardos. Se trata de un trabajo muy laborioso, que se lleva a cabo en días calurosos, antes de que lleguen las tormentas de verano. Este año debido a la climatología adversa se ha retrasado la recogida de la hierba.
Es curioso que los/as baserritarras distinguen diferentes tipos de hierba, a la primera remesa le denominan “lehenengo belarra” que contiene más propiedades. A la hierba que dejan crecer después de este primer corte, le llaman “bi-belarra”.

Para finalizar, haremos mención a un árbol muy común, en Igartubeiti tenemos varios ejemplares, pero que sin embargo pasa desapercibido, el boj. Se trata de un arbusto que se ha adaptado muy bien a nuestra geografía. Su nombre científico en latín es buxus, que proviene del antiguo griego bus y que significa búho, porque la fruta pequeña que da se parece a este animal.
En los caseríos se ha utilizado como cerco natural alrededor de la huerta. La madera del boj es muy dura, de mucha densidad. Probablemente, los husillos de los lagares góticos como el de Igartubeiti, se elaboraron con madera de boj. También se ha utilizado como planta medicinal para las enfermedades del hígado, la malaria y sífilis, por sus propiedades diuréticas. Hoy en día está catalogada como una planta tóxica.

 

Ejemplar del boj