Buen tiempo en junio, verano seguro

El mes de junio lo dedicaremos a realizar plantaciones, como ya hemos mencionado anteriormente, el suelo se está calentando y por eso tenemos que hacer ahora la mayoría de las plantaciones: pimientos, alubias, acelgas, tomates y judías, por ejemplo.

Las judías, como la mayor parte de las leguminosas, gracias a los nódulos que tiene en sus raíces, fijan en el suelo el nitrógeno del aire; con lo cual, es importante tener en cuenta en qué lugar lo plantaremos, ya que no necesita mucho abono orgánico.

Es una planta que requiere un clima húmedo y suave. Hay que tener cuidado con los ataques de fúngicos, el mildiu o el oídio, y de insectos como la mosca blanca. Es recomendable hacer tratamientos preventivos, pero tenemos que tener en cuenta qué productos usamos y cual es el impacto que pueden crear.

Antiguamente se sembraba en Centroamérica y Sudamérica. En la actualidad están distribuidas casi universalmente. Los europeos se encontraron con las judías verdes en la conquista de América y pronto las incorporaron a la cocina europea, comenzando a comercializarse como legumbre a finales del siglo XIX.

Hay diferentes teorías en cuanto al origen del nombre de la judía, y uno de esos que en el siglo XVII los judíos tomaban muchas verduras, dado que no podían comer ningún tipo de carne que no fuese Kosher (apto o adecuado, es decir, aceptado por la religión judía). De esta forma, los árabes utilizaban el término judía para referirse a los vegetales que se comían en Al-Andalus. Había un cardo judío ‘sawka yahudiyya’, el gringuele se denominaba ‘baqla yahudiyya’ (verdura judía) y la amapola ‘hashas yahudi’ (adormidera judía). Por ello, se cree que los árabes decidieron llamar a las habas ‘alubia judía’, y de ahí el término haya derivado a judía.