Agosto en Igartubeiti
Estamos en agosto, en pleno verano, sin embargo, en el entorno rural no hay muchos días de descanso. Los/as campesinos/as se preparan para el invierno, con el fin de tener el granero lleno para la llegada de la “larga noche”. Esto demuestra que la noción del tiempo no es la misma para todos/as, más bien es un constructo social, que cambia en cada contexto.
LA HUERTA
Es época de plantar las siguientes verduras y hortalizas: col, coliflor, brócoli, lechuga, escarola, cardo, acelga, remolacha, borraja, nabo, entre otras.
Julio y agosto son los meses más calurosos en nuestro clima. En agosto en los caserío no hay mucho tiempo para el ocio, hay que prepararse para el otoño e invierno.
En la familia de la col hay una amplia gama, coliflor, coles de bruselas, romanescu… Tendríamos que plantarlas a partir de mediados de agosto. Y recogeremos la cosecha en otoño. Se trata de plantas que necesitan su tiempo debido a su ritmo de crecimiento, por lo tanto, podemos recoger algunas cosechas de verano y hacer un hueco para otoño e invierno.
Con la llegada de agosto, hemos recogido los primeros pimientos en la huerta de Igartubeiti. Durante los días calurosos de julio ha sido necesario regar con abundancia los pimientos. A pesar de que algunas plantas son pequeñas, poco a poco estamos recogiendo la cosecha de los pimientos y parece que durante el mes de agosto podremos disfrutarlos.
Pimientos en Igartubeiti
Estos días debemos recoger los puerros que están en flor. Antiguamente, se recogía la flor del puerro y se colgaba para que se secase. Después se recogían las semillas. Se puede hacer los mismo con la cebolla. Si no recogemos el puerro para comer, la planta sigue creciendo, llevando a cabo su ciclo. En euskera se llama “gara” y de ahí viene “garatu”, desarrollar.
EL ENTORNO
Con motivo de los días calurosos del verano, hemos sufrido fuertes vientos, granizo y lluvias que han dejado huella en el entorno. Sin embargo, en Igartubeiti, han aparecido nuevas flores.
El girasol nos na sorprendido de forma muy agradable, sin darnos cuenta y sin cuidarla ha brotado de manera autónoma en una esquina de la huerta de Igartubeiti. El año pasado, se marchitó por lo que quitamos la planta y la dejamos en el compost. Este año, al utilizar el abono orgánico del compost en la huerta, algunas de las semillas que estaban mezcladas entre el abono orgánico ha brotado de manera espectacular. Esperemos que pronto florezca, si tenemos suerte...
El girasol en Igartubeiti
Por otro lado, algunas plantas frutales han empezado agosto enseñando sus mejores cualidades. La vid, que está trepando y entremezclando entre los arbustos y árboles de la huerta, parece que este año viene con una buena cosecha. Antiguamente la planta de la uva formaba parte de las paredes del caserío, creando una imagen que ha desaparecido hoy en día. Esta variedad no se utilizaba para producir vino, se trata de uva de mesa. La grosella nos ha sorprendido, se le han marchitado algunas ramas, pero sigue dando frutos, ya que cada año viene con nuevas pujas. La fruta es parecida a la endrina, pero más blanda. Antiguamente se utilizaba como alimento o para hacer mermeladas.
La grosella delante del caserío Igartubeiti
Como anécdota, los ojos más curiosos podrán observar una fruta silvestre, que ha dado mucho de qué hablar a lo largo de nuestra historia, la fruta del tejo. Hay que mirar con atención para poder verla entre las hojas del árbol, se trata de una pequeña bolita roja. Diferentes fuentes comentan que esta fruta la utilizaban las brujas en los akelarres. Tiene propiedades alucinógenas, y consumida en cantidad puede llegar a ser mortal. Por su uso en los akelarres, en los siglos XVI, XVII y XVIII, diferentes instituciones y autoridades ordenaron la tala del tejo, para poder controlar la brujería de aquella época.
La fruta del tejo