Asador de castañas

Desde marzo hasta septiembre la pieza protagonista de MusealiaK será el asador de castañas o tamboril. A partir de este objeto nos adentraremos en la alimentación de la época y en la presencia de la castaña en la misma.

PRESENTACIÓN DE LA PIEZA: 

Se trata de un tamboril para asar castañas y forma parte de la colección de Xabi Otero. Tiene su origen en Gastonborda (Erratzu, Navarra) y está hecho de hierro. A primera vista parece que el tamboril no tiene nada extraordinario: está formado por un cuerpo cilíndrico agujereado con bases planas y una pequeña puerta. También tiene un asa por donde colgar el tambor desde el llar sobre el fuego y un mango al cual darle vueltas para que las castañas se asen de manera homogénea. No obstante, si agudizamos la mirada podremos observar que para la elaboración de una de las bases reutilizaron una antigua lata donde figura el escrito "ENVASE.PROPIEDAD.DE".

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 Fuente: Gordailua. 

 

LA IMPORTANCIA DE LA CASTAÑA EN LA ALIMENTACIÓN VASCA: 

Durante los fríos inviernos del País Vasco en los que los alimentos escaseaban en los caseríos, la castaña logró mitigar las hambrunas. Asada o cocida, la castaña fue una de las bases de la dieta, junto a otros alimentos como el mijo, las habas o las manzanas.  

Las castañas se solían comer o bien cocidas, o bien asadas, aunque también podían ingerirse crudas o deshidratadas (pilongas). Para cocerlas, se hacían en agua y sal o en leche. Para asarlas, en cambio, se les hacía un corte para evitar que explotasen. Para ello, se podía hacer uso de una especie de sartén con agujeros, pero ya a partir del siglo XVIII esta sartén fue sustituida por el objeto que hoy queremos destacar: el tamboril.  

Su aparición no es casualidad, ya que coincide con el momento en el que se da la comercialización de la castaña. 

 

OTROS USOS:

Además de su uso en la alimentación, la madera del castaño también ha sido muy apreciada por su durabilidad y resistencia. Así, se ha destinado tanto para la construcción de edificios como para la elaboración de aperos y muebles de todo tipo. La madera, junto a los erizos y ramas sobrantes, también se han empleado como combustible para el fuego.  

Otros de los productos importantes que se han extraído del castaño es el tanino. Esta sustancia se usaba en el proceso de curtir las pieles y las dotaba de mayor resistencia. Asimismo, en los pueblos costeros, también se usaba para evitar que las cuerdas de los barcos y las redes de pesca se pudrieran. 

Además de todos los usos mencionados, a las castañas también se le han atribuido propiedades mágicas. Cuando las chicas iban al baile solían llevar colgado del cuello un trozo de carbón de madera de castaño como protección contra el mal de ojo. La importancia que tuvo en el pasado nos llega hoy en día mediante la cultura popular, tanto que podemos escucharla en el conocido villancico Ator Ator, o podemos disfrutar del Kastañarre Eguna.

 

RECOGIDA Y ALMACENAMIENTO DE CASTAÑAS:

A finales de septiembre y durante el mes de octubre se vareaban los castaños para que las castañas cayeran al suelo y así recogerlas. En algunas localidades las traían directamente a casa, pero en muchas otras las metían en cercos de piedra denominados ericeras. 

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Fuente: Ayuntamiento de Orozko.

 

Dependiendo de las necesidades de consumo doméstico o de venta, abrían las castañas allí mismo para quitarles el erizo y el fruto se trasladaba a casa. Cuando las necesidades domésticas quedaban cubiertas, el excedente de castañas era vendido en los mercados próximos o incluso se exportaba a otros países del extranjero, fenómeno común desde mediados del siglo XVIII hasta comienzos del XIX. 

 

DECLIVE Y ÚLTIMOS AÑOS:

Como se ha visto, la castaña disfrutó de gran protagonismo en el día a día de los caseríos vascos, pero hubo varios factores que provocaron su pérdida o declive. Por un lado, la entrada de nuevos alimentos provenientes del continente americano ocasionaron la reducción en el consumo de la castaña. Por otro lado, encontramos la enfermedad de la tinta, cuya aparición a finales del siglo XIX provocó el retroceso de la mayor parte de los castañales del País Vasco.

 

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