Aguabenditera

Dentro del proyecto Musealiak, la pieza que tendremos entre julio y noviembre en Igartubeiti es el Aguabenditera de la colección Iriarte Erdikoa. Durante este tiempo, intentaremos socializar el patrimonio mediante esta pieza. A través de esta pieza etnográfica conoceremos más la influencia e importancia de la religión en el día a día del caserío. El aguabenditera nos ha parecido importante para reflexionar sobre la cultura religiosa del caserío y su patrimonio

 

 Aguabenditera de la colección Iriarte Erdikoa. Gordailua.

¿Qué son las aguabenditeras?

Las aguabenditeras son recipientes decorados que sirven para almacenar el agua bendita y que cuelgan de las paredes de los caseríos para que sus habitantes puedan santiguarse. Son láminas o placas pequeñas, generalmente ovaladas, sobre las que se tallan o moldean diversos motivos. En la parte inferior hay un recipiente de poca profundidad para almacenar el agua bendita. Aunque existen aguabenditeras de madera, mármol, metal o piedra, la mayoría son de cerámica. Las imágenes más usuales reproducidas en el aguabenditera eran las del Sagrado Corazón, la Cruz, la Virgen o el Cristo Crucificado, normalmente escenas religiosas de gran colorido.

Se trata de la versión doméstica de las pilas de agua bendita que se encuentran en las entradas de las iglesias, que recuerdan a fuentes de agua que tradicionalmente se encuentran en el interior de los lugares religiosos. En el uso doméstico popular, se encuentran junto a la puerta de entrada de la casa o en las habitaciones, para que los miembros de la familia puedan santiguarse al acostarse o levantarse. En algunas casas también se solían situar en el pasillo o la escalera, por ser puntos de paso obligatorio para toda la familia antes de acostarse. También se dice que servían para proteger el caserío de situaciones climatológicas adversas.

El aguabenditera que podemos ver en Igartubeiti está hecha de barro y esmaltada de azul y blanco, tiene forma de rombo y contorno afilado. En el centro aparece una imagen en relieve de la Virgen, con un recipiente de poca profundidad en la parte inferior para almacenar el agua bendita.

Caserío Ormetxe de Ziortza Bolibar, que cuenta con una aguabenditera situada entre los dos arcos de la entrada. 

Atlas Etnográfico de Vasconia. 

¿En qué rituales del caserío se emplea el agua bendita?

El agua bendita es protagonista de distintos rituales religiosos del caserío. Así, además del uso que se le daba en el día a día para santiguarse, era importante para poder llevar a cabo otras actividades que formaban parte de la cultura religiosa en modo de ritual.

Para proteger la casa

Son muchas las simbologías cristianas que se utilizan para proteger el caserío, entre ellas el agua bendita. Para protegerse de las tormentas, por ejemplo, en algunos caseríos se echaba agua bendita por la ventana dibujando una forma de cruz.

Pero había días especiales para recoger el agua bendita: durante la Semana Santa, y especialmente el Sábado Santo, los familiares de los caseríos de toda Euskal Herria recibían agua bendita en las iglesias para poder llevarla a sus casas. Los niños y niñas del pueblo llenaban las botellas y distribuían el agua bendita por las casas a cambio de la propina, mientras que las mujeres de los caseríos llevaban el agua a casa.

Con esta bendición se asperja el caserío para que quede protegido. En algunas zonas esto se hace en el portal, en el exterior, mientras se rezan los credos. En otras ocasiones, también se riegan las habitaciones interiores con el agua bendita: camas, armarios y demás rincones, habitación por habitación.

Para cuidar de los animales

A la hora de bendecir la casa con el agua traída desde la iglesia, el establo adquiría en la mayoría de los casos un protagonismo especial, y con ello los animales. De la misma manera que se bendicen las habitaciones de las personas, se debe hacer lo mismo con los animales domésticos: los establos debían protegerse de enfermedades y malos espíritus. En muchos lugares se pedía al sacerdote del pueblo que bendijera los animales, y el sacerdote solía ir establo a establo, rezando y rociando los animales del caserío. Este era normalmente un ritual realizado una vez al año, pero también había situaciones especiales. Cuando algún animal estaba enfermo, por ejemplo, se le bendecía con agua bendita fuera de estos ciclos para que se curara.

Además, se ha constatado la utilización de otras simbologías cristianas para la protección de los animales en Ezkio. Cuando un caserío vendía una vaca, por ejemplo, le hacían una cruz en la espalda al sacarla del establo.

Para cuidar de la tierra

Si bendecían la casa, las habitaciones, los animales, la cuadra... lo mismo hacían con los terrenos del caserío. Cuando el sacerdote iba de caserío en caserío, también bendecía las tierras de la zona para cuidarlas y protegerlas de enfermedades, para que pudieran dar buenas cosechas. Los ramilletes de hinojo y espadaña bendecidos se colocaban posteriormente en el desván, dentro de la casa, como elementos de protección.

Para proteger a los enfermos

Ha sido habitual colocar en las habitaciones, junto al agua bendita, en la cabecera de la cama, una rama de laurel bendecida el Día de Ramos. También se echan algunas hojas de este laurel dentro del aguabenditera de la habitación del enfermo. Incluso con la rama y el agua bendita salpicaba al enfermo que debía tomar el viático para ahuyentar los malos espíritus o el diablo.

Rito fúnebre

Dentro del ritual tradicional fúnebre de los caseríos vascos, el agua bendita juega un papel importante en algunas prácticas. El agua bendita se utiliza en el momento en que la ama de casa, junto con otras mujeres, prepara al difunto para la noche: limpia el cadáver —el agua utilizada se hierve con las especies y se utiliza para limpiar todo el cuerpo—, se viste con las mejores ropas, se peina, se afeita, se tapan los ojos con unas gotas de cera, se cierra la mandíbula con un paño atado en la cabeza y se le cruzan las manos en el pecho. Se le coloca una cruz y un recipiente con agua bendita, junto con una hoja de laurel.

Al día siguiente se celebra el funeral. Para ello, por la mañana, los familiares cercanos se reúnen para frotar al difunto con agua bendita y ponerlo en el féretro, preparándolo para enterrarlo.