Juego de café

Juego de café, compuesto por azucarero, tetera, jarra, taza y platillos, elaborado entre 1858-1915 por la empresa Porcelanas Pasajes

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Musealiak IM Juego de caféEn origen, estas piezas pertenecían a una familia de San Sebastián. Hacia finales del XIX y principios del XX, era común que las familias burguesas tuviesen este tipo de juego de café como objeto de lujo. Además, se fabricaban de manera personalizada para cada dueño/a. 

El 21 de diciembre de 1998, el anticuario Fernando Díaz Peral, consciente del valor patrimonial de estos objetos, los adquirió en Madrid en la Sala de Subastas Santiago Durán.
La Diputación Foral de Guipúzcoa, con el objetivo de recoger y catalogar el patrimonio cultural que refleja la historia y el modo de vida del conjunto de la sociedad guipuzcoana, adquirió estas piezas en marzo de 2002.

Más allá de su valor artístico, este juego de café nos traslada la información sobre la sociedad de Guipúzcoa de los finales del XIX y principios del XX: cómo estaba organizada la sociedad, qué gustos tenía, cómo era el modo de vida o qué cambios se estaban dando en el seno de la sociedad.

La empresa Porcelanas de Pasajes, la primera fábrica de Guipúzcoa en producir porcelana, se cerró hace más de 100 años, y hoy en día solamente queda como vestigio la chimenea de la fábrica en Pasai Donibane. Además, quedan pocos ejemplares de este tipo de piezas de porcelana fabricadas en Porcelanas Pasajes.

En cuanto a los objetos, cada uno de ellos está mostrando que no son para uso diario y cotidiano, sino que fueron creados para ser objetos de lujo, con un interés artístico y de valor simbólico. La forma y estética de cada pieza están bien conseguidas, dándoles un valor añadido con decoraciones de diferentes motivos y remarcadas en dorado.

Este tipo de juego de café de lujo, aunque en un principio únicamente pertenecían a la burguesía de aquella época, poco a poco se fue expandiendo por diferentes clases sociales y durante el siglo XX se convirtió en el típico regalo de boda.

En cuanto al caserío y la vida rural, este juego de café está representando cómo afectó a los caseríos los cambios acaecidos durante el siglo XX. Ya que el caserío tradicional no era inmune a aquella sociedad que se asentaba en la industrialización, la modernidad y el ocio. Por ejemplo, los elementos tradicionales que constituían el ajuar de una baserritarra, como podrían ser la rueca y los tejidos de lino, fueron poco a poco reemplazados por objetos novedosos que tenían cierto prestigio en la nueva sociedad moderna, con el objetivo de darle más valor al ajuar y por lo tanto al caserío y a la familia que lo habitaba. Uno de aquellos objetos novedosos era el juego de café.

Pero a su vez, el propio café, un producto cotidiano y normalizado hoy día, también representó un elemento de cambio en ese contexto de transformación que estaba viviendo el caserío. Este pasaje es una muestra de ello:

En un caserío de Ataun (Guipúzcoa), tal y como era costumbre en el mundo rural, dos campesinas fueron a ayudar en la labor del campo de otro caserío. A la vuelta, estaban totalmente perplejas. Al preguntar qué era lo que les pasaba, respondieron así: “¡nos han dado un extraño caldo negro para beber!” Esto es, café.

De modo que este juego de café, además de tener un valor artístico, nos abre un camino para la reflexión sobre la idea del caserío como una entidad que siempre está en plena lucha y transformación para adaptarse y hacer suyos los cambios sociales que suceden en en él y en su entorno.