La llegada del maíz americano provocó una transformación radical de los caseríos. Hacia 1630, Igartubeiti, fue uno de los primeros caseríos en adaptarse al cultivo del maíz. La idea de añadir un cuerpo delantero al caserío y dedicar toda la superficie de la planta superior del mismo a granero y secadero de maíz prendió con un éxito extraordinario en miles de caseríos que se renovaron durante los siglos XVII y XVIII.