Antiguedad del pastoreo
El pastoreo estaba ya establecido en época dolménica. Barandiarán ya se dio cuenta hacia principios del siglo XX, que en todos los lugares en donde hacia excavaciones en dólmenes, eran lugares donde cerca había chabolas de pastor, y eso se repetía a lo largo de toda la geografía vasca. También hay que detectar la antigüedad del pastoreo por una cuestión de tipo lingüístico, el concepto de riqueza en euskara, “Aberatsa”, tiene una raíz que es abere, ganado, de donde podemos deducir que el personaje que era rico era el que poseía mucho ganado, no el que poseía mucho dinero.
Chabolas y majadas
El interior de la chabola tradicional del pastor tiene dos o tres estancias, mínimas, ennegrecidas por el humo. Sus medidas son de 9 a 10 metros de longitud por 4 metros y medio de anchura, a las que hay que restarle 60cm de espesor de los muros. El primer cuarto se llama estalpea o sukaldea, el segundo kamaña, y la tercera separación que muchas veces estaba hecha con un tabique de entretejido de varas de avellano, separaba lo que es el gaztategi o gaztaetxea, la quesera.
Junto a la chabola se encuentran otras estancias: una borda pequeña donde se guardan el carnero, o alguna oveja que está enferma o que se ha retrasado en el parto, sacos con pienso, algunos aperos para la huerta, en la que cultivan habas, cebollas, perejil, patatas, lechugas, puerros…,siendo la dieta más variable que en épocas antiguas, que comían todos los días alubias y patatas con un poco de vino del zato.
También hay una eskorta, redil o artizkune en donde el pastor ordeña las ovejas a la mañana y al atardecer, un oilotoki, lugar en donde están unas gallinas, que darán unos cuantos huevos al pastor para poderse alimentar. Un cierre grande, mucho más amplio, es la gausarea, rodeado de fresnos, que dan mucha sombra, y es donde se baja al rebaño al anochecer y que nos recuerda la época en la que había lobos. Las ramas con hojas de fresno cortadas eran el alimento para el carnero, que tenía que estar fuerte porque tenía que montar a 60 ovejas.
Todo este conjunto formado por estas estancias se llama majada, en euskara saroia, sarobea, sarea…
Cencerros, marcas y señales
Los pastores idearon un sistema de señales en las orejas y de marcas ganaderas para conocer a sus ovejas.
El cencerro es imprescindible para el desarrollo del pastoreo tradicional, porque nos indica donde están las ovejas. No todos los días tenemos un día claro y los días de niebla, que los pastores les llaman beatzia, bederatziurrena, la novena, porque dura nueve días. Hay que silbar e ir todos los días a buscar a las ovejas, para ordeñarlas, separarlas y traerlas por la noche. Hay ovejas que se mueven de sitio, por eso las ovejas líderes llevan cencerros. Un cencerro cuesta mucho dinero, y el cencerro iba antes en un collar de madera y ahora en uno de plástico o en uno de lona engomada. Hoy en día también hay collares con chip mediante el cual el pastor sabe donde están las ovejas. Pero antes no, entonces el pastor tenía que encargar al txitxargile o al joaldunak o al joaregile, 45 o 50 cencerros del mismo sonido, del mismo timbre y otras 30 pumpas o dulundas o zumbas, que son cencerros capucherados bastante más caros, que tuviesen el mismo timbre.